domingo, 12 de junio de 2011



Pensar que todo ser humano quiere tocar el cielo con las manos y yo lo estoy abrazando. Un parche para mis heridas, la cima en la montaña de la vida: lo encuentro todo en su sonrisa. Y he sentido en la vida mil emociones distintas pero, juro, ninguna llegó tan lejos en mi alma. Y es el ángel que le escapó a Dios de las manos y a la tierra ha venido a parar. Es peligroso mi mundo, pero te voy a cuidar.
El sueño que no fue soñado, el hombre que nadie se ha imaginado, me encierra en su sitio encantado.

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